Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2014
Me levanté del piso y entré raudamente en la habitación. Esperaba encontrarte despierta; recostada en la cama aguardando la llegada del sueño. Quería caer de un salto sobre el colchón, tomarte de la cintura y besarte. Besarte muy fuerte, acariciarte el pelo y que me mires con esa sorpresa con la que me mirás cuando de un momento a otro nos encontramos en la cumbre de un placer que sólo alcanzamos cuando, como hoy, pasa el día y casi no mediamos palabra porque somos tan zonzos y nos enojamos. Y más que enojados estamos tristes por habernos enojado. Qué tontos. Pero ahora; ahora que mis manos, irguiéndote, tornan tu indiferencia gris en una tersa ternura que llena tus ojitos de lágrimas de perdón y te perdono ; ahora ya no importa. Sin embargo no hay indiferencia, no hay manos que te alzen ni ojos que lloren. Porque entré al cuarto y vos dormías muy linda, de cara a la pared. Abandoné mi primera idea y me tomé todo el tiempo que, sólo hasta que abrí la puerta, pensé que no tendría.
pretendo una intimidad que nos encuentre completamente vestidos, mojados porque caminamos varias cuadras bajo una lluvia torrencial que antes fue una garúa intermitente pretendo un día encontrarnos en cualquier lado, podría ser parados en una esquina esperando que la luz del semáforo se torne verde y de repente sentir tu mirada penetrante y tibia cruzar la calle sabiendo que tus ojos me dijeron que me querés y que estoy linda aunque recién vengamos de la playa y el viento me haya despeinado tanto que de repente septiembre sea julio y estemos tirados en tu cama porque en cinco minutos cumplís veinte años pretendo que un día el café ya esté frío, porque nos perdimos en la mesa de cualquier living contándonos que éramos chicos y un día tiraste un fosforito por la ventana  y que rebotó en el marco entrando de nuevo al aula: la maestra te retó pretendo que cualquier tres de cualquier día de la semana de cualquier mes, vos todavía recuerdes que nervioso y alegre "vos y y
me gusta tu boca porque aunque a veces corta y me lastima es tu boca y deja heridas lindas
Salir de casa. Caminar apurada. Llegar. Verte y que me veas. Un abrazo de no te suelto nunca pero nos soltamos porque hay que cruzar la calle y cuidado, aunque nunca pasa ningún auto. Un portón. Tres puertas más. Jugar con tu perra. A veces saludar a tu mamá. Escalones en los que voy dejando tirados los te extrañé te extraño no te voy a extrañar más. La puerta que se abre. Que se cierra. Un abrazo y varios besos interrumpidos por un lucky y un parisienne resignado. Un suspiro de está bien. ¿Qué querés oír? No sé. Seguro Lisandro. A veces el Indio o Luis. Cuando queremos llorar Charly. Otras veces un playlist que preparaste con minutos y segundos exactos para apretarme contra el colchón, tener tiempo de cerrar las cortinas o sacarme el suéter, incluso que caigan un par de lágrimas que me encanta juntar con la yema de los dedos.  Un beso. Muchos besos. Que me muerdas que me digas que me pidas. No quiero y por qué no y porque no. Otro beso y te amo. Entonces paz. Frío